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sábado, 18 de agosto de 2012

Feria San Fernando 2012 - Quinqui borracho

Para esto sí que hay dinero.


Érase una vez un comerciante de armas cuya empresa fabricaba bombas de

racimo que vendía, entre otros, al gobierno de su país. Y resultó que

su país firmó un convenio internacional contra esas bombas, que dejó

de comprar. Entonces el comerciante denunció al gobierno por dejar de

comprar esas armas (supongo que habría un contrato con la empresa

fabricante que le comprometía a unas compras con sus correspondientes

pagos).

Y resultó que hubo un cambio de gobierno, y el nuevo presidente tuvo

la ocurrencia de nombrar como ministro de Defensa a dicho comerciante

de armas: ¿alguien lo puede mejorar? Ahora el comerciante,

transmutado en ministro, pagará a su antigua empresa la indemnización

correspondiente, un pellizquito de 40 millones de euros.

PREGUNTA: ¿de qué país y de qué época son estos hechos? ¿del quinto

mundo? ¿de un pasado oscuro? La respuesta a continuación.



El Ministro de Defensa de España pagará 40 millones a su antigua

empresa por prohibir las bombas de racimo



Pedro Morenés, ministro de Defensa, fue consejero de la

empresa de fabricación de armamento Instalaza entre 2005 y 2007.

Después ocupó el puesto de representante hasta el 4 de octubre de

2011, según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil.

Instalaza fabricaba bombas de racimo.



El 31 de octubre de 2011, el diario Cinco Días reveló que

Instalaza había decidido recurrir a los tribunales para pedir que el

Gobierno le indemnizara con 40 millones de euros en concepto de

desagravio por la prohibición del uso, almacenamiento y fabricación de

las bombas de racimo en España como consecuencia de la firma del

Tratado de Dublín. Sin embargo, esta empresa ya había anunciado en

mayo de 2011, cuando Morenés era su representante, que pediría una

compensación económica al Ejecutivo en concepto de "daño emergente y

lucro cesante".



Hoy sabemos que Instalaza venderá la deuda a una tercera

empresa que a su vez la revenderá y finalmente el Ministro pagará

diciendo que no es su empresa la que cobra. El dinero saldrá de los

impuestos de todos, naturalmente. Nuestro dinero pagando bombas que

mutilan a niños. Porque las submuniciones esparcidas por las bombas

fabricadas por Morenés tienen un rango de fallo de entre el 5% y 30%,

por lo que pueden quedar bombas enterradas sin explotar siendo

peligrosas tiempo después de terminada la guerra. Especialmente para

los niños por sus formas llamativas, como pelotitas de tenis o latas

de refrescos. Porque es así como las camufla la empresa del Ministro.



¿De verdad no había en todo el país otra persona que pudiera

ser Ministro de Defensa?